¿Qué tipos de juntas hay?
Como ya se ha explicado en el apartado anterior, las juntas de los pavimentos de hormigón pueden cumplir varias funciones. Dependiendo de a cuál de ellas esté destinada una junta en cuestión, ésta será considerada de un tipo u otro, siendo los tipos existentes los recogidos en la siguiente tabla.
Juntas de construcción
Dividen el pavimento en paños ejecutados en tiempos diferentes. Se requieren al finalizar la jornada de trabajo o tras una parada en el hormigonado. Pueden tener más de una función y funcionar también como juntas de control. Además, y pueden presentar caras planas o bien algún tipo de machihembrado.
Juntas de control (o de retracción)
Permiten controlar el lugar donde aparecen las fisuras. La eficacia de la junta es función de la profundidad de la junta y de la homogeneidad del hormigón. Si el hormigón es homogéneo, con un corte de unos pocos centímetros es más que suficiente para provocar la fisuración por el lugar deseado.
Este tipo de juntas deben realizarse siempre en todos los pavimentos de hormigón, a menos que se utilicen técnicas especiales que hagan innecesaria su disposición. Hay que tener especial precaución para que la profundidad de la junta no interrumpa la continuidad de la armadura.
Juntas de dilatación-contracción
Son poco habituales. Son juntas completas y permiten el libre movimiento en el plano horizontal para prever los cambios volumétricos por retracción y/o temperatura. Se deben de disponer elementos de transmisión de carga en las mismas.
Juntas de aislamiento
Separan la solera de elementos fijos de como puedan ser muros, pilares, pozos de registro, cimentaciones, etc., a fin de evitar la aparición de tensiones que se inducirían debido a la restricción de movimiento.
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