Resistencias y otras características del hormigón

Los pavimentos industriales de hormigón deben ser considerados como elementos estructurales, del mismo modo que los pilares, vigas, zapatas, forjados o muros, entre otros. De hecho, el Código Estructural define por primera vez en la normativa española una unidad en la que se pueden englobar a los pavimentos, concretamente en su capítulo 12, artículo 55 , Tabla 57.5.4.1 (Vigas, forjados y losas).
Cualquier elemento de una construcción que deba resistir o transportar cargas o soportar deformaciones impuestas, y su funcionalidad dependa de esa capacidad, debe ser considerada y analizada como una estructura.
Los pavimentos resisten numerosas acciones, ya sean cargas verticales o de frenado, abrasiones, deformaciones impuestas de temperatura o de retracción.
El pavimento debe tener la adecuada capacidad de resistir dichas acciones, tanto para garantizar la rotura como para garantizar la adecuada funcionalidad, capacidad de absorción de asientos diferenciales, fisuración, durabilidad,…
Los pavimentos tienen unas características especiales, no habituales en otras estructuras, cuando se rompen “no se caen”, están apoyados de forma continua en una capa elástica, tienen un rozamiento superficial continuo frente al acortamiento por retracción, sus exigencias de abertura de fisura son muy estrictas, cada vez más.
La funcionalidad de los pavimentos continuos depende en gran medida de su aptitud frente la fisuración y ésta depende en gran medida de la magnitud de las acciones de retracción, por ello, a diferencia de otras estructuras, el hormigón debe caracterizarse específicamente no solo para mantener una resistencia a compresión determinada (resistencia exigida por la normativa) si no que deben se les debe requerir, además, una caracterización específica: principalmente la deformación de retracción y su evolución en el tiempo y la resistencia a flexotracción y su evolución en el tiempo.
Por tanto, al realizar las tareas de vigilancia y control, no sólo se debe atender a las características mecánicas de resistencia a compresión que presenta el conglomerado de hormigón con el cual se ha realizado la/s losa/s que conforman el pavimento; sino que también se deben controlar otra serie de magnitudes para determinar la contracción y deformación,
Como mecanismo de control general en las obras podemos atender desgraciadamente al único test de control que se realiza de forma genérica que son la determinación a las resistencias a compresión que se vayan obteniendo durante el suministro de la obra realizando, con cada lote obtenido, un conjunto de control estadístico según marca el Código Estructural en us capítulo 12, artículo 55 y en la Tabla 57.5.4.1 del mismo. Sería también preferible, fijar previamente un sistema de vigilancia activa que aborde otro tipo de controles de características(definidas en este punto) para disponer de un espectro más amplio y acorde a las “altas exigencias” que se exigen a este pavimento de “altas prestaciones”.
Por otra parte, debido a que no siempre es posible realizar ensayos a flexotracción del hormigón del pavimento, bien por indisponibilidad de equipos, o bien por el mayor costo que estos ensayos representan cuando son comparados con los de compresión, las distintas normativas españolas y europeas contemplan su obtención mediante fórmulas que relacionan ambas resistencias.
Como si se suele hacer para la resistencia a la compresión, rogando a los vigilantes de la calidad del pavimento que manejen todo el espectro de datos posible y tengan en cuenta que un análisis resolutivo requiere de un volcado, trazado y resolución de datos cuando todos estén disponibles y para ello se requiere paciencia y conocimiento de la posible evolución utilizando curvas de regresión lineal, factores de crecimiento, etc.
Finalmente, es conveniente apuntar que las principales características de todo pavimento industrial de alta calidad no son las resistencias mecánicas y los módulos de deformación intrínsecos del hormigón (aunque también tienen su importancia y es importante controlarlas), sino tener monitorizadas y vigiladas diferentes propiedades finales del pavimento:
- Una adecuada planimetría. (Que se logrará gracias a un correcto diseño del hormigón, una correcta puesta en obra en fase la inicial del fraguado con una nivelación y aplanamiento en la producción en fase de endurecimiento que reduzca en fase final de curado de el alabeo por retracción diferencial en la losa).
- Una muy buena resistencia a la abrasión superficial (que se consigue con el diseño del hormigón, una correcta puesta en obra evitando migraciones de las lechadas del hormigón o exudaciones de agua libre fuera de rango a la superficie, una capa de rodadura endurecedora adecuada a cada exigencia, una correcta producción mecanizada con todas las fases de pulido secuenciales realizadas y un óptimo curado final).
- La ausencia de fisuración o de grietas de gran relevancia que puedan ocasionar la formación de desconchamientos en los bordes de las fisuras y su prematuro desgaste (a mayor resistencia del hormigón, mayor es la retracción y por ende el riesgo de formación de fisuras).
- La ausencia de delaminaciones (normalmente generadas por hormigones de muy rápido o muy lento fraguado(con gradientes extremos) que van en des-consonancia con la velocidad de la capa de rodadura endurecedora, con hormigones con alto porcentaje de aire ocluido y en zonas demasiado ventiladas o expuestas a la luz solar).
- La resistencia al impacto (que se obtienen en hormigones que cumplan con las altas prestaciones manifestadas en este manual basado en la combinación de 5 elementos: Hormigón Diseñado específicamente+Puesta en Obra realizada por Profesionales Cualificados y Maquinaria Motorizada+Capa de Rodadura Industrial+Sistema de Curado de 200 horas mínimo y que cumpla la ASTM C309).
- En resumen, la estabilidad dimensional, la durabilidad y las altas prestaciones de un pavimento dependen en gran medida de ese hormigón diseñado “ad hoc” pero este no participa solo, sino que debe conjuntarse con múltiples medidas y recursos a nuestro alcance generando un proceso industrializado en el cual no caben suposiciones o supuestos, sino conocimiento, metodología, preparación, vigilancia y amplia disciplina fabril.
Con todo lo anterior, se deduce que, en un pavimento continuo de hormigón, han de tenerse en cuenta, para su diseño, control y aceptación, las peculiaridades mecánicas que los diferencian de otros elementos estructurales, y donde la elección intencionada de un hormigón lento es fundamental para la para la obtención de las prestaciones deseadas.
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