¿Qué trabajos de preparación hay que realizar?

Previos a la puesta en obra

Antes de comenzar con la puesta en obra del hormigón, es decir, el vertido, extendido, vibrado y colocación del mismo, generalmente será necesaria la realización de una serie de trabajos o preparaciones previas para asegurar el correcto desarrollo de dicha puesta en obra.

Por un lado, será imprescindible realizar la colocación de las armaduras, conforme a lo expuesto en el apartado anterior de este mismo documento. En el caso de hormigones reforzados con fibras habrá que dosificar las mismas, de acuerdo con lo establecido en el proyecto y las recomendaciones del proveedor.

Por otro lado, es necesario preparar y colocar los encofrados, de modo que se pueda llevar a cabo la puesta en obra correctamente. Dichos encofrados pueden ser de madera o de metal, y deben colocarse con la elevación adecuada y con las sujeciones necesarias para para mantenerlos rectos, alineados verticalmente, y estables, durante todo el proceso de puesta en obra del hormigón.

Es un punto muy importante a tener en cuenta, pues en muchas ocasiones, supone unos de los costes más grandes la construcción de un pavimento continuo. Según las formas del pavimento, podrá ser necesario encargar encofrados con forma especiales para satisfacer los requerimientos del proyecto.

En el caso de encofrados deslizantes, será imprescindible contar con la maquinaria adecuada y realizar una buena planificación de la obra.

En cualquier caso, al colocar los encofrados debe tenerse en cuenta que los muros, las zapatas y otros elementos estructurales deberán quedar aislados del pavimento para asegurar el buen funcionamiento posterior de ambos.

En este sentido, en ocasiones será necesario colocar unos materiales específicos para el aislamiento de los bordes que unen el pavimento con otros elementos. Dicho aislamiento debe colocarse preferentemente en posición vertical en el interior de la base. También puede colocarse en una configuración en forma de L invertida adyacente a la base y bajo el borde de la losa de hormigón.

Además, los encofrados deberán ubicarse teniendo en cuenta las juntas previstas para el pavimento, así como las características de las mismas. Por ejemplo, si se prevé rellenarlas con algún material específico para tal fin, deberá quedar espacio para ello.

Por otra parte, en algunos pavimentos continuos se prevé, ya desde el proyecto, que en la losa de hormigón vayan a quedar embebidos conductos de calefacción de suelo radiante; en estos casos, antes de comenzar con la puesta en obra, dichos conductos de calefacción deberán estar correctamente instalados.

Previo a comenzar la puesta en obra del hormigón, será imprescindible asegurar que se cumplen las condiciones climatológicas y de temperatura requeridas. No obstante, como esto es algo que debe cumplirse, no sólo antes, sino durante todo el proceso de puesta en obra, se detalla en el apartado siguiente.

Por último, cabe mencionar que los entornos que se deben encontrar en la obra para acometer la misma y realizar un pavimento continuo de hormigón serán de competencia de la propiedad, o de la contrata principal si el pavimento fuera una subcontrata, y deberán garantizar siempre unas condiciones de aseguramiento estanco de la losa del pavimento a realizar a cualquier entrada de aire y vía de entrada de agua al mismo, para evitar que estas afecten a la productividad de la obra y a la calidad del propio pavimento.

A este respecto, conviene consultar el listado de asuntos a tener en cuenta que se incluye en el capítulo 9 de este mismo documento, concretamente en la “Fase 2: Preparación Previa a la construcción del Pavimento”, donde se comentan con detalle los más importantes y genéricos.

Durante la puesta en obra

En este apartado se exponen ciertas condiciones, esencialmente climatológicas, requeridas durante la puesta en obra del hormigón, que de no cumplirse durante el estado fresco del mismo podrían causar importantes deformaciones y defectos en el futuro pavimento.

En este sentido, de acuerdo con el Código Estructural, la temperatura de la masa de hormigón, en el momento de verterla en el molde o encofrado, no podrá ser inferior a 5°C y se prohíbe verter el hormigón sobre elementos (armaduras, moldes, etc.) cuya temperatura sea inferior a cero grados centígrados.

Una buena guía para los requisitos de temperatura durante la puesta en obra pueden ser las recomendaciones que aporta la ACI-306R (“Cold Weather Concreting”), donde se considera clima frío si la temperatura ambiental media por más de 3 días consecutivos es menor de 5ºC; y si la temperatura ambiental media se mantiene superior a 10ºC ya no se considera clima frío.

También es recomendable consultar la norma UNE 83151-1:2005 (Hormigonado en tiempo frío), que establece que “tiempo frío” es el periodo en el que existen durante más de tres días consecutivos, las dos condiciones siguientes:

  • La media de las temperaturas máxima y mÌnima del aire durante las 24 h es inferior a 5 ºC.
  • La temperatura del aire no supera los 10 ºC durante más de la mitad del día.

En cualquier caso, en general, se suspenderá el hormigonado siempre que se prevea que, dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes, pueda descender la temperatura ambiente por debajo de los cero grados centígrados.

En los casos en que, por absoluta necesidad, se hormigone en tiempo de heladas, se adoptarán las medidas necesarias para garantizar que, durante el fraguado y primer endurecimiento del hormigón, no se producirán deterioros locales en los elementos correspondientes, ni mermas permanentes apreciables de las características resistentes del material. El periodo durante el cual se requerirá la protección puede estimarse en función del grado de resistencia alcanzado por el hormigón y no se considera necesario ampliar la misma cuando el suelo haya alcanzado una resistencia a la compresión de al menos 5 N/mm2. En el caso de que se produzca algún tipo de daño, deberán realizarse los ensayos necesarios para estimar la resistencia realmente alcanzada, adoptándose, en su caso, las medidas oportunas.

Cuando el hormigonado se efectúe en tiempo caluroso, se adoptarán las medidas oportunas para evitar la evaporación del agua de amasado y para reducir la temperatura de la masa. Estas medidas deberán acentuarse para hormigones de resistencias altas. Para ello, los materiales constituyentes del hormigón así como los encofrados o moldes destinados a recibirlo deberán estar protegidos de una intensa exposición solar directa. Una vez efectuada la colocación del hormigón, éste se protegerá del sol y, especialmente, del viento, para evitar que se deseque. Para las cubriciones, se emplearán láminas impermeables. Además, la masa se protegerá con agentes antievaporación, y se prolongará el tiempo de curado. Las juntas de contracción deben realizarse dentro de un período muy corto después de la puesta en obra.

Si la temperatura ambiente es superior a 30-35°C o hay un viento excesivo, se suspenderá el hormigonado, salvo que se adopten medidas especiales y haya previa autorización expresa de la Dirección Facultativa.

No obstante, adicionalmente a lo dispuesto por el Código Estructural, cabe señalar como buena práctica que con temperaturas superiores a 28ºC ya debería tenerse en cuenta el posible efecto del calor y deberían comenzar a aplicarse las medidas recién expuestas destinadas a paliar sus efectos.

Además, también se puede considerar como condición extrema la combinación de condiciones especiales de temperaturas ambientes, humedades relativas y velocidad del viento.

 

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