¿Cuáles son los requisitos del soporte para los pavimentos continuos?

Los distintos requisitos que habrá de cumplir el soporte resistente sobre el que apoyará un pavimento continuo para poder ejecutarlo, variarán en función de si se trata de pavimentos de hormigón, compuestos por losas continuas del mismo material, o de si nos encontramos ante recubrimientos o revestimientos, los cuales podrán ser de materiales cementosos o poliméricos.

Pavimentos de hormigón

Los denominados pavimentos de hormigón son aquellos pavimentos continuos cuyo acabado se realiza en fresco de manera monolítica, aunque su propia sección servirá, en muchos casos, como soporte para revestimientos o recubrimientos.

Los pavimentos de hormigón pueden ser adheridos o apoyados. En cualquier caso, siempre se le exigirán al soporte, como elemento estructural que es, unos requerimientos que garanticen su capacidad de transmitir las cargas.

En el caso de pavimentos de hormigón apoyados sobre el terreno, la capacidad de soportar esfuerzos generados por las cargas dependerá, no sólo de las características del propio soporte, sino también de la interacción entre la lámina de hormigón y el terreno sobre el cual se asienta, por lo que las prestaciones se le deberán exigir al mismo deberán tener este factor muy en cuenta.

Es importante que las propiedades en toda la superficie de interacción sean uniformes y estables para evitar asientos. La modelización del terreno es compleja al depender del tipo de material (cohesivo o granular) y las propiedades de los materiales, siendo la modelización más habitual la de suponer un apoyo tipo winkler.

Se les exigirán unas propiedades a los materiales, unos requerimientos de compactación y prestaciones mecánicas. En España dichas exigencias suelen marcarse
según el PG3 y la instrucción 6.1-IC.

A este respecto, el ensayo clave es el ensayo de carga con placa para determinar los módulos de deformación, la relación entre ellos y el módulo de balasto, en función de los mismos se clasificará el soporte. Es importante también establecer tolerancias de planeidad para garantizar espesor mínimo y homogeneidad en el mismo.

La configuración más habitual para la ejecución de pavimentos de hormigón apoyados consta de: una explanada, a la que se le exigirán unas propiedades y prestaciones mecánicas; una capa de mejora, la base, eventualmente otra de transición (sub-base), que se construirá justo antes de la ejecución de la losa de hormigón y tendrá diversas funciones según las necesidades, siendo la más habitual la de regularizar la superficie y mejorar el apoyo de la losa de hormigón.

Revestimientos y recubrimientos

Los revestimientos y recubrimientos siempre serán adheridos, por lo que resulta vital garantizar la adherencia entre el soporte y el revestimiento o recubrimiento, además de las propiedades de los mismos y su compatibilidad con el soporte.

A este respecto, el parámetro fundamental para garantizar la compatibilidad soporte-revestimiento/recubrimiento suele ser la resistencia a la adherencia, que en España se ensaya según la norma UNE-EN 13892-8.

Por otra parte, siempre antes de ejecutarlos se debe de garantizar un saneado del soporte que favorezca la adherencia, eliminando con ello, por ejemplo, restos de grasas.

En algunos revestimientos y recubrimientos será también clave el control del nivel de humedad del soporte, y en muchos casos, para mejorar la adherencia, se aplican promotores de adherencia (imprimaciones).

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