¿Qué características de durabilidad poseen los pavimentos continuos de hormigón con fibras?

La vida útil se define como el periodo de tiempo durante el cual una estructura es capaz de desempeñar las funciones para las cuales fue proyectada, sin necesidad de intervenciones no previstas.

La durabilidad es la capacidad que tienen las estructuras de hormigón de conservar inalteradas sus condiciones físicas y químicas durante su vida útil cuando se ven sometidas a la degradación de su material por diferentes efectos de cargas y solicitaciones, las cuales están previstas en su diseño estructural.

En el caso de los pavimentos de hormigón, la durabilidad se ve afectada por una multitud de factores, especialmente del ambiente, el ancho fisura, el recubrimiento y la cantidad de acero. Por lo que, lo larga (o corta) que sea su vida útil dependerá de estos factores.

El uso de fibras en el hormigón puede mejorar su durabilidad. Las fibras pueden proporcionar resistencia postfisuración mejorada, así como mejorar la resistencia a la fatiga. Pero, lo más importante es que las fibras logran un menor ancho de fisura. Estas características que aportan las fibras, unido a la ausencia o la menor cantidad de acero que puede implicar su uso, hacen que la durabilidad de los pavimentos de hormigón fibroreforzado tengan una durabilidad mejorada.

Por otra parte, cabe señalar que el apartado 5.1.1.2 del Anejo 7 del Código Estructural hace referencia a aspectos de durabilidad del hormigón fibroreforzado, indicando que, de forma general, se podrá emplear hormigón reforzado con fibras en todas las clases de exposición.

En las clases de exposición XS2, XS3, XD2 y XF4*, en el caso del empleo de fibras de acero al carbono deberá justificarse el uso mediante pruebas experimentales. Una alternativa viable es el empleo de aceros inoxidables, galvanizados o resistentes a la corrosión.

En las clases de exposición por ataques químicos al hormigón XA1, XA2 y XA3**, las fibras de acero y poliméricas podrán emplearse previo estudio justificativo de la no reactividad de los agentes químicos con dichos materiales distintos del hormigón.

Además, según el apartado 5.1.1.1 del mismo Código, el empleo de hormigón reforzado con fibras con función estructural hace innecesaria la utilización de la malla de reparto, a situar en medio de los recubrimientos superiores a 50 mm.

En cualquier caso, si el pavimento va a estar sometido a una clase de exposición XM1, XM2 o XM3, se adoptarán las medidas que el mismo Código establece, de forma general, para hormigones previstos para dichos ambientes. Dichas disposiciones pueden encontrarse en su apartado 43.3.5 del capítulo 9, y son relativas a la relación a/c, la resistencia mínima del hormigón, la naturaleza y características de los áridos, el contenido mínimo de cemento, las precauciones curado y los recubrimientos mínimos.

Por otra parte, las fibras pueden ayudar a reducir la cantidad de mantenimiento requerido en el pavimento, lo que puede resultar en ahorros de costes a largo plazo, así como en una mayor sostenibilidad con respecto a otras soluciones.

Es importante destacar que los resultados de la durabilidad de los pavimentos de hormigón reforzado con fibras pueden variar dependiendo del tipo y cantidad de fibras utilizadas, así como de la calidad del hormigón y de la forma en que se construye y mantiene el pavimento.

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