¿Qué condicionantes puede cubrir un revestimiento de resina?

A la hora de decidir qué tipo de revestimiento de resina es el más idóneo para un pavimento en concreto, será imprescindible determinar qué requisitos debe cumplir éste, lo cual dependerá de las necesidades del cliente.

Para ello, prescriptor y cliente deberán hablar amplia y profundamente sobre los usos del suelo, las actividades que sobre él se van a llevar acabo, condicionantes especiales que deban cumplirse, etc. Con ello, podrán determinarse las características que ha de cumplir el revestimiento, para así escoger el que más se adecúe a las necesidades.

En este sentido, a continuación, se recogen los condicionantes principales que puede cubrirse con los distintos tipos de resinas que existen en el mercado a día de hoy.

8.1. Resistencia química

Es la resistencia a la degradación por medio de ataques de ciertas sustancias agresivas tales como ácidos, bases, sales disueltas, grasas, aceites, disolventes, etc. Su presencia es bastante frecuente en industrias húmedas, industrias farmacéuticas o químicas, mataderos, algunas industrias alimenticias, etc.

Por ello, en este tipo de sectores, es muy habitual que la resistencia química sea un condicionante básico a la hora de la elección del tipo de resina del revestimiento de resina a aplicar sobre el pavimento.

8.2. Conductividad

La conductividad eléctrica es la capacidad de un material o sustancia para dejar pasar una corriente eléctrica a través suyo. Un pavimento continuo de resinas convencional es un aislante eléctrico, es decir, no deja pasar la corriente eléctrica a través suyo y favorece a la acumulación de cargas electrostáticas en la zona, lo que en algunas ocasiones es un problema.

Existen dos tipos de áreas donde, por diferentes motivos, es muy importante minimizar la posible formación de cargas eléctricas, que son las zonas ATEX y las zonas EPA.

Una zona ATEX es aquella en la que potencialmente puede existir una atmósfera explosiva y cuyas condiciones de salud y seguridad están regulados por el RD 681/2003, que solicita que el pavimento tenga una resistencia a tierra inferior a 1∙106 Ω, determinados según la norma UNE-EN 1081. En concreto la norma UNE-EN IEC 60079-10-1 aporta los criterios para la clasificación de las zonas ATEX en varias categorías, siendo necesario el cumplimento de este requisito en las zonas 0, 1, 20 y 21.

Existen zonas ATEX en las industrias química, farmacéutica, armamentísticas e incluso en industria agroalimentaria, entre otras. Por su parte, una zona EPA es aquella en la que existen componentes electrónicos sensibles a las descargas electrostáticas, donde la norma UNE EN 61340, en concreto las partes 4-1, 4-5 y 5-1, requieren que para evitar daños en estos equipos, la resistencia a tierra del pavimento sea inferior a 1∙109 Ω y que la carga de las personas sea inferior a 100 V. Existen zonas EPA en fábricas de equipos electrónicos o en las industrias
automovilística y aeroespacial, entre otros.

Los pavimentos continuos de resina se pueden formular, diseñar y aplicar para que cumplan estos importantes requisitos de conductividad eléctrica, por lo que son soluciones ideales tanto en zonas ATEX como en zonas EPA.

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